viernes, junio 30, 2006

EN LA PLAYA


Aquella tarde bajó paseando hasta la orilla de la playa. Sus pasos lentos y pausados arrastraban mil dudas e inquietudes. Su pensamiento daba vueltas y vueltas a esas palabras recogidas antes y acudía allí, junto a las rocas de la cala, a buscar un refugio para su alma, mientras escuchaba el sonido rítmico de la resaca que moría en la arena.

Cerró los ojos mientras soñaba con aspirar su pelo, sentir su cuerpo entre sus brazos, oía el susurro de su voz diciendo en sus oidos las palabras amadas, se veía a sí mismo besando esos labios que añoraba y ansiaba...

Pero todo era un sueño... Solo el mar le acompañaba, con su llegada acompasada en las olas, que venían a dormir cerca, estirándose gozosas é indolentes, como aquella figura de su sueño.

Miraba a ese Mar sin ver su mirada en él reflejada, pues quizás la mirada que esperaba estaba más allás de esas aguas, mas allá de la vida y quizás de este mundo.

Pensaba en una rosa ofrecida y rechazada, pensaba con dolor en los pétalos de esa flor arrancada, para entregar a la persona amada y que ella había recibido como otra cosa, quizás como un girasol abandonado dando vueltas mientras seguía desde el amanecer el curso del sol.

¡Pobres pétalos!, pues morirán marchitos, igual que los versos desgranados que formaron un día aquel poema en la tarde de otoño, mientras el viento esparcía por el aire su mensaje en las hojas doradas que caían a su lado.

Sintió un escalofrio. La noche estaba sustituyendo lentamente a la tarde, y también en su alma la noche daba paso a la oscuridad y la duda. Parecía como si el mar de agua verdeoscuras se hubiera transformado y ahora su color gris plomizo dominara la superficie sobre la que se alzaban los rayos fuertes y rosados, en el cielo, de los últimos lazos de ese sol que hacía un buen rato se había marchado.

Y allí estaba. Esperando ese mensaje que no llegaba. Tratando de oir entre el rumor de las aguas la invitación de amor quizá entregada. Y si fue así, se preguntaba, ¿por qué no llega esa llamada?, ¿por qué la ola no trae ese susurro que su alma esperaba?...

¡Oh Mar, mi dulce mar, mi Mar azul...! ¿Qué es lo que falta?

Rafael ©
17/04/05

1 comentario:

Mey dijo...

Me encanto sobre todo la parte de la rosa y el girasol...muy curioso

saludos