lunes, noviembre 12, 2007

LA MENTIRA


"Conocí una vez a una persona que vivía en un mundo donde la mentira era el centro. Hasta tal punto vivía sumergida esta persona en su mundo que ya no sabía donde estaba la verdad, pues todo lo que le rodeaba era algo ficticio y no precisamente producto de los sueños sino de su propia mentira.

Un día caminando por la calle empezó a contarme una historia inverosímil, tanto que la misma era no del todo punto imposible, sino que la misma se contradecía con momentos vividos, detalles presenciados y todos esos segundos que otras personas, entre las que me encontraba, habíamos presenciado y participado de los mismos y donde nada de lo que me contaba había tenido lugar.

-¿Por qué mientes de esa manera? - le pregunté.

-No estoy mintiendo. ¿Acaso crees que miento?

-Pues sí, eso creo.

-Por favor, te lo juro por lo que quieras, lo que te estoy contando es la verdad. La pura verdad.

-Anda, no insistas. No me importa que mientas ni que me mientas si con eso te consideras feliz, ¿pero te has dado cuenta de una cosa importante?

-Pues no, no sé que tratas de decirme, pero repito que no te miento.

-Mira, lo malo no es que mientas ni trates de mentirme, lo malo es que te estás mintiendo a ti mismo.

-¿Pero por qué dices eso? Te juro que te estoy diciendo la verdad.

-San Pedro negó tres veces, ¿recuerdas?, y también estaba mintiendo.

-No sé que tiene que ver San Pedro en todo esto.

-Bueno lo malo no es que San Pedro mintiera una y hasta tres veces, lo bueno es que al final reconoció su mentira y trató de enmendarla.

-Pero te repito, que no te estoy mintiendo.

-Sí así lo crees, no te preocupes. Por mi no hay problema.

Después de aquel rato de conversación con esa persona, seguimos nuestro camino mientras seguía contándome muchas otras cosas, donde algunas de las cuales estaban también rodeadas de mentiras. Al final nos despedimos y no volví a verle hasta muchos años después.

-Hola, ¿qué es de tu vida? ¡Mucho tiempo sin verte!, ¿dónde has estado? - le dije.

-Verás, es algo muy largo de contar.

-¿Largo?, ¿qué te ha pasado?

-Pues nada, que mi vida es un desastre.

Esta frase oída de aquella persona que había conocido hacía tiempo, donde la mentira estaba en su boca, jactándose de ser el mejor en todo, de poseer prácticamente medio mundo, aunque fuera en sueños, de controlar hasta sus propios sentimientos me llenó de estupor y hasta hizo que me sintiera un poco triste. ¿Qué podía preguntarle sin temor a causarle daño?, ¿podría ayudarla en algo?

-Si quieres puedes contarme, si ello no te causa tristeza.

-No, ya no puede causarme tristeza alguna.

-Entonces te escucho.

-Verás mi matrimonio fue un desastre.

-¿Tu matrimonio?, siempre creí que eras muy feliz.

-No, nunca lo fui, lo malo es que me estaba mintiendo a mí mismo.

-A ver, perdona, no te entiendo.

-Es muy fácil, ¿recuerdas una vez que me dijiste que me estaba mintiendo?, ¿que mi mundo era todo una mentira?

-Sí, creo recordar aquella conversación.

-Pues así era amigo. Lo malo es que no tenía la suficiente fuerza para mirarme al espejo y ver mi alma. Vivía dentro de una mentira constante. Mentía sin darme cuenta, mentía a los demás, a mi esposa, a mis amigos y lo peor de todo es que como tú me dijiste en aquella ocasión me estaba mintiendo a mi mismo.

-Bueno, pero ahora lo reconoces, has visto ese problema. Creo que si lo haces frente puede tener solución.

-¿Solución con una vida ya de vuelta?, ¿con un matrimonio hecho pedazos?, ¿con un trabajo perdido?, ¿con tantos sueños rotos y destrozados por mis mentiras?, ¿crees que aún existe solución a este problema?

-Sinceramente no lo sé. No estoy en tu problema ni en tu vida. Solo veo que ahora admites que ha existido ese punto que dio origen a muchas de las cosas que te han pasado. ¿No crees que aunque débil puede ser un punto de partida importante para empezar de nuevo?

-Francamente no lo sé. La vida pasa y el tiempo no perdona. Las personas a las que he mentido, amigos, esposa y compañeros de trabajo ya no las podré volver a tener en esa pequeña agenda dentro de mi corazón.

-No digas eso. Es cierto que la vida pasa y el tiempo continúa, pero si tratas de hablar con las personas que un día estuvieron dentro de tu vida, si eres capaz de ser así de sincero, como ahora lo eres conmigo, estoy seguro de que te comprenderán y perdonarán si les causaste algún mal.

-Ese sería mi mayor deseo, te lo prometo.

-Pues inténtalo. La misión va a ser dura. Seguro que vas a encontrar personas que ni siquiera te abrirán la puerta porque el recuerdo será para ellas muy doloroso, algunas ni siquiera te van a perdonar lo que les pudiste hacer, pero si consigues que una, solo una de ellas te escuche y te perdone ¿no te sentirías contento?

-Sinceramente sí, creo que si existiera esa persona me sentiría mejor, aunque no contento del todo, pues esa parte de mi vida, con la mentira a cuestas, irá siempre en mi recuerdo.

-Mira, no te atormentes. Todos somos humanos y como suele decirse tropezamos todos los días varias veces. ¿Quién no ha tenido momentos malos en su vida?, ¿acaso crees que todos somos santos?, lo vivido no puede borrarse, forma parte de nuestra vida y nuestra propia historia, lo que tenemos que hacer es intentar que el presente que estamos viviendo y el futuro que podamos dar sea auténtico, sencillo y completamente lleno de entrega y dedicación a los demás.

-¿No pides mucho?

-No lo creo, sólo deja que tu sensibilidad aflore, lo demás vendrá sin que te des cuenta.

-¿Y qué puedo dar yo, un mentiroso, alguien que traicionó en su momento a tantas personas?

-Puedes dar mucho amigo mío. Escucha, atiende ve a esas puertas que dices te han cerrado, llama a las mismas y pide perdón. Como te dije antes, con que una sola se abra y la persona aquella te escuche, te sentirás mejor y con otras ganas de ver la vida.

-Intentaré hacerte caso, pero no estoy seguro de que lo consiga.

-Adiós amigo, que seas feliz.

-Tú también y gracias por tu amistad a pesar de mis mentiras.

-Siempre la tuviste, a pesar de todo.

Meses después volví a verle en la calle. Esta vez no iba solo pues iba acompañado de su esposa. Nos saludamos y vi un brillo distinto en sus ojos. Me dio un fuerte abrazo y en mi oído dejó una palabra: "Gracias". Besé cariñosamente a su esposa y seguimos nuestro camino."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/05/05

4 comentarios:

lunilla dijo...

creo que ninguna mentira es buena, menos en la que viven algunas personas
saludos Señor.

M@R dijo...

HOLA,,,
FELIZ NAVIDAD,,,
SI ES DE TU AGRADO PASA POR ESTE BLOG
http://dosamigasiguales.blogspot.com/
Y VOTA POR MI, SOLO HAY OPORTUNIDAD HASTA EL 31/12/07.
GRACIAS,,,
UN ABRAZO,,,

Mercedes e Isabel dijo...

Creo que los sueños son las únicas mentiras que se deeben realizar. No se quien dijo eso, pero tenia razón.
¿por favor, me dejas que ponga tu lik en mi blog? (pásate y te darás cuenta de quien te lo pide)Besotes

lunilla dijo...

mas allà...
besos.
Blue