miércoles, septiembre 10, 2008

CARTA A UNA AMIGA

Querida amiga...

He recibido tu correo, el cual me ha dado mucha alegría y tristeza a la vez por verte tan deprimida. En realidad son dos sentimientos encontrados pero reales. Se como te sientes, cómo lo estás pasando y que tu vida está ceñida a esos parámetros tan delicados de la misma.

Por eso estoy alegre por saber de ti, por ver que tu vida sigue a pesar de todo, pero a la vez siento que tu tristeza me invade y cala en mi alma al ver que tu lucha es contra enemigos poderoso externos y contra uno más difícil que está en tu propio corazón.

La vida es así, querida amiga, la felicidad y los buenos momentos no son constantes, o por lo menos no para ti y para muchos que, como nosotros, vamos por la vida con la sensibilidad a flor de piel y lo que es mejor ó peor, eso no lo sé con certeza, con las ventanas del alma abiertas de par en par.

Sin embargo esta faceta nos hace ser más sensibles y creativos, así que después de todo tampoco es tan malo mirándolo si lo miramos desde ese punto de vista, aunque hay algo que sabemos y es que nunca podremos ser felices, al menos, tal y como los demás lo entienden. Para nosotros, la felicidad, es un sueño que nunca alcanzaremos ya que vivimos en otro mundo diferente, un mundo donde los sueños son el centro y donde la poesía es el origen que da la vida a los mismos.

Aunque de algo si estoy seguro y es que si pudiéramos leer en el interior de las personas que nos rodean, veríamos que nuestra felicidad tiene una particularidad sobre la de ellos ya que no se nutre de cosas materiales para seguir viva y latiendo en este mundo de los sueños, y así nuestras almas gozan de esos instantes, detalles y momentos de cada día por lograr ese equilibrio tan particular en este mundo nuestro, tan sutil y maravilloso, en comunión perfecta con las cosas que nos rodean.

Igual que tú, no creo que el amor y la fortuna lleguen nunca sustituir esta extraña felicidad que nos aporta nuestra sensibilidad y que plasmamos de forma creativa en el papel, ya que aunque pudieran llegar a ser un complemento importante de ayuda en nuestras vidas, creo que seguiríamos siendo y sintiendo como ahora, ¿no crees?

Benditas aquellas personas, entre las que te encuentras, que podéis plasmar sobre el papel la belleza y las sensaciones que despiertan en vosotros, vuestras penas y alegrías y contar con esos grandes amigos que nunca os fallan, el papel y la pluma.

Hazme un hueco en ese jardín, querida amiga, yo también quiero ir a dejar las migajas de mi alma en ese huerto del amor, donde la sensibilidad crecerá cultivada por mano certera y regada día a día con las lágrimas del alma.

Dices en tu escrito que "la soledad no es privativa de los poetas y que por desgracia es un mal de nuestro tiempo", y estoy de acuerdo en esa frase tuya, pero como bien dices, a veces los poetas buscan ese silencio y la soledad para llegar hasta sus sueños y eso es algo que, por lo menos nosotros, tenemos y podemos usar. Así buscamos la soledad para dejar, en ella nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y todo aquello que deseamos vea la luz, aunque a veces nuestra alma se desgarre en ese intento.

Hoy está el día triste y no quiero ni mirarlo por que no deseo que la nostalgia me embargue y haga un nudo en mi corazón. Tus escritos, son un regalo para los ojos y para el alma. Me gusta tanto leerte amiga mía, que antes de enviarte este escrito, ya estoy deseando que llegue tu carta de vuelta.

Pero en fin, la vida de las personas sensibles es así, en ella hay temporadas para todo, tiempos en que se escriben cuentos, otros donde florece la poesía, momentos en que intentas escribir una novela ó incluso una obra de teatro, y eso es lo bonito, la variedad, y me consta que tienes muchos y excelentes poemas y que no dejan de ser menos maravillosos tus cuentos y relatos.

Bueno querida amiga, nada más por el momento, voy a continuar soñando un rato, luego volveré a tomar mi lápiz y cuaderno para dejar en él esos sentimientos que destilan de mi alma y que deseo transmitir en forma de poemas y relatos.

Cuídate mucho y que Dios te bendiga, la vida es un camino y su recorrido una lucha diaria, no te dejes abatir, y piensa que en un lugar no distante, alguien como tu, camina, lucha, sueña y te recuerda.

Tu amigo,

Rafael Sánchez Ortega ©

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