viernes, noviembre 21, 2008

NO PUEDO...


No puedo abandonar estos momentos sin dejar en la cuartilla, unas letras invisibles. Quizás no formen nunca una palabras, quizás sean trazos que se forman en la mente, quizás se pierdan en rincones, entre viejos papeles olvidados, en pasillos, callejones y en las sombras...

Pero salen las letras una a una, se juntan y se hablan entre ellas, se miran como niñas pequeñitas que no saben qué decirse, cuando llevan tanto en su mensaje, cuando dicen tanto en su silencio, cuando miran a los ojos que las miran, cuando buscan esa mano que las una, las ordene, las disponga y las susurre ese mensaje...

Yo no puedo marcharme sin ver tus ojos aunque sea a través de la cuartilla, adivinando tu figura en el mantel inmaculado de blancura, donde se acurrucan esas letras, donde pugnan y disputan por formar una palabra, ese algo inteligible que te lleve hasta el oído lo que pienso, lo que siento, en un susurro..

Y me quedo con mis letras, escuchando tus latidos que percibo, tu mirada que adivino en la distancia, la sonrisa de tu boca y esas manos adorables que yo beso, en este sueño...

Más las letras revoltosas no se paran, se entrecuzan en un baile sin sentido, forman olas y cadencias con palabras parpadeantes que comienzan y terminan, buscan algo y no lo encuentran, quizás esa expresión del que las dicta, la mano temblorosa de mi pecho que las diga en un susurro, un mensaje sin palabras y sin voces...

Y no puedo marcharme, vida mía, sin decirte que te quiero, sin decirte que te amo, sin mandar este mensaje a las estrellas en la tarde a través del horizonte, sin decir a las sirenas que no canten esos cantos y reclamos pues ya siento tu presencia, en la tarde que ahora acaba...

Y por eso he dado media vuelta, he sacado de mi alma esta cajita de nácar, con sus flores y sus letras, las he puesto en esta mesa y las mismas han cobrado movimiento, tienen formas, han mirado sonrientes a la vida. Le preguntan a mi frente qué te dicen, qué te cuentan y en silencio yo les digo que te escriban lo que pienso, lo que siento y lo lleven a tu lado, en el silencio de esta tarde que ya acaba...

Un suspiro se escapa de mi pecho en esta tarde, un suspiro de estos ojos soñolientos que se cierran, un suspiro y un susurro con un nombre y unas letras, un suspiro que se hace y cobra vida cuando miro la cuartilla y veo unas letras reunidas, una frase, cinco letras y un espacio.

"¡Te amo!".

Rafael Sánchez Ortega ©
15/10/08

1 comentario:

lunilla dijo...
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