jueves, junio 23, 2011

LLUVIA PARA TI, CIUDAD RECUERDO...


Lluvia fina y muy constante, la del norte, que llega en un abrazo interminable hasta nosotros.

Lluvia que viene con la niebla y con la bruma, impulsada por la brisa y el nordeste, con recuerdos y saudades de momentos ya vividos.

Lluvia que se ansía y se desea por las almas intranquilas de los hombres.

Lluvia interminable y juguetona que recorre con lujuria el paraíso de las caras y los cuerpos que susurran y suspiran.

Lluvia para ti, Ciudad Recuerdo, con el yodo y el salitre de estos mares, con la arena de sus playas, con los besos de las olas, con el roce sigiloso de las algas y sirenas...

Lluvia apetecible por los labios temblorosos que suplican esas gotas y ese beso en la sed de su agonía.

Lluvia recibida y aclamada por la tierra, en un principio, aunque luego se diluya por los campos y los montes para ir hacia los ríos y los mares.

Lluvia de terrazas y de gentes, de tertulias de mayores y de niños persiguiendo sus barquitos por el parque.

Lluvia de terrazas y jardines que viene hasta los bosques de las hadas donde crecen nuestros robles, las encinas y las hayas.

Lluvia de la eterna fantasía que rodea a los poetas y los dice que adelante, que la vida continúa y no importan esas gotas recibidas, ni tampoco el caminar con el miedo en las entrañas.

Lluvia para que duermas en tu lecho de cristal, en un profundo sueño, escuchando ese sonido dulce y silencioso que emiten las estrellas en su llanto.

...Lluvia de poetas que nacieron en mi tierra y que viven en los cielos y nos mandan con la lluvia tantos versos centenarios, para que los bebas y te embriagues con su néctar.

...Lluvia para ti, Ciudad Recuerdo...

Rafael Sánchez Ortega ©
23/06/11

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