jueves, noviembre 17, 2011

¿IMPORTA EL TIEMPO...?


¿Importa el tiempo...? Creo que no, que el tiempo no importa en el mundo de los sueños y más en esa edad en que la juventud y los sueños van unidos y de la mano, porque ambos son inseparables.

¡Hermosos sueños y hermosos años!... Quizás mucha de mi nostalgia ó de mi "incoherencia" esté también motivada en ese tiempo que "adrede" paré en el reloj de la vida y al que alcé para retirarlo de la circulación y ponerlo en una hornacina, tal es así, que hoy no sé donde empieza aquella parte del sueño y dónde la realidad que viví, pero creo que aquellos momentos fueron verdaderamente hermosos y que el sentimiento que perseguía aquella juventud era algo muy bonito e irrepetible.

Quizás por eso de una "incoherencia" pasé a una "locura ó demencia" y más al entrar en la fase poética. Pero bueno, suelo llevarlo bien y trato de disimularlo un poco. También los años tuvieron su parte en esta situación actual y los vaivenes de la vida y tantas y tantas cosas, que como ciudadano de este lugar llamado mundo tengo que soportar, como todos, y asumir.

En cuanto al amor yo entiendo a los que aman, porque también he buscado siempre ese sentimiento y puede que aún lo siga buscando a pesar de todo lo que tengo. Porque el amor, el verdadero amor, nunca se tiene ni se posee. El amor es libre como el viento y nosotros, las personas sensibles, necesitamos que así sea, necesitamos salir y buscar cada día ese soplo de aire libre, esa nube que pasa, esa rosa encendida que nos llama, ese perrito que ladra en la calle, al niño que juega en la plaza, al anciano que busca el sol en el parque y a esa pequeña cosa que nos llama la atención de aquel ó aquella persona que se cruza en nuestro camino y que hace latir más deprisa nuestro corazón.

No sé si amar en corto es bueno y si en realidad debe amarse en largo, pero a todos nos pasa y muchas veces lo hacemos así, sin pensar, esperando una respuesta que nunca llega, esperando una sonrisa que no se produce,esperando una palabra que no sale de unos labios, esperando unas letras que no vienen, esperando... Tantas cosas que, quizás, ¡simplemente son sueños...!

Rafael Sánchez Ortega ©
17/11/11

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