jueves, abril 24, 2008

VOLVER A LA VIDA

Cerrar los ojos y soñar, mientras escuchas el sonido del río que baja, a tus pies, formando cascadas y remolinos en perfecta armonía y confusión. Soñar con la paz del espíritu, con ese equilibrio donde el alma se encuentra descansando, quizás adormecida por ese sonido mágico que rompe a tus pies las aguas al caer.

Dejar volar la imaginación y ver aquella rosa roja, símbolo de la pasión, aquella otra rosa de tono más suave, símbolo del amor, la de color blanco que te recuerda la pureza, la rosa de color malva si es que existe ó que tal vez la creas en este instante en tu pensamiento y que te dice que la vida tiene un fin.

Soñar con todo esto, con los ojos cerrados del alma, mientras vagas por ese bosque que tienes a tu espalda, donde los robles y las hayas te muestras sus ropas nuevas en esta primavera, con esos trajes de hojas que estrenan su0 color verde, mientras el aire acaricia su cabello formado por esos musgos y líquenes que caen de las ramas en la parte oscura y a la que no llega el sol.

Sentir que el mundo gira a tu alrededor mientras te encuentras allí, en ese lugar tan hermoso, donde la paz es el centro y tu estás dentro de esa paz y esa quietud mágica y misteriosa.

Quizás si alientas un poquito tu imaginación, si te vuelves un poco más niño aún, quizás puedas ver con esos ojos del alma a esos Elfos que guardan el bosque, donde los Gnomos también están presentes, donde las Hadas te esperan con su varita deseosa de hacer realidad tus deseos y darte la felicidad que añoras.

Sí, quizás puedas sumergirte en ese sueño tan especial y bajar como el río hasta el mar. Al fin y al cabo el río está compuesto por una corriente de agua, y ese agua está formado por millones y millones de gotitas que forman ese conjunto que corre a tus pies y se desboca encabritado al saltar entre las peñas produciendo ese sonido adormecedor para tu alma.

Si consigues soñar todo eso, si puedes dejar volar tu imaginación y vagar por ese monte, sentir a esas criaturas que lo pueblan, recibir la caricia del aire que cariñosamente besa las ramas, si consigues captar el mensaje de las aguas del río que bajan y sentir como te vas deslizando hasta llegar a ese mar y fundirte en sus océanos sin nombre, si de verdad consigues todo esto y eres capaz de soñar, entonces amigo mío no debes preocuparte ni nada debe alterar tu vida.

Estás vivo y sientes, aunque quizás ahora y de momento, tu alma esté dormida. Pero la misma lleva esa carga de sensibilidad, de ternura, de imaginación y de amor que hoy como ayer, cuando eras niño, recibiste, formaste y fomentaste para poder percibir todo lo que la vida te ofrece y te da en cada momento.

No tengas miedo de abrir los ojos de nuevo, de volver a la vida, a tu vida. La misma tiene sentido y seguro de que en la misma hay cantidad de cosas, personas y detalles que te esperan para que tu las cantes, para que las reflejes en tu alma, para que las lleves en tu corazón y para que te vuelvas a enamorar perdidamente, pues la vida, tu vida, tiene un auténtico sentido y tú eres el centro de esa vida, y desde ella puedes dar a los demás todo aquello que quizás están esperando recibir, la ternura, la sensibilidad, la caricia, la mirada, el romanticismo de tu palabra y en definitiva el Amor.

Rafael Sánchez Ortega ©
27/05/05

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