Se había detenido un momento solamente; fueron unos minutos en los que volvió la vista atrás para ver el camino recorrido. Luego cerró la página de ese libro de su vida, se dio la vuelta y comenzó a caminar para escribir la primera página de su libro, en el año que empezaba.
Pensó en lo que todo el mundo decía en estas fechas: "se acabaron las fiestas y poco a poco volvemos a la rutina de nuestras vidas". Quizás fuera cierta esa frase, quizás volviera a esa vida vulgar que tan bién conocía, pero que en todo caso era a "su propia vida" a donde regresaba.
Las fiestas, siguió pensando, traen una serie de compromisos como reuniones familiares, comidas y otros eventos sociales que conocía de otros años. Estos actos no son malos, pero le apartaban de esa "rutina" en la que antes pensaba y de ese quehacer diario en el que se movía.
-“En realidad -siguió pensando mientras caminaba los primeros pasos del nuevo año-, si pudiera conseguir una varita mágica, como aquella que veía en los cuentos de niño, trataría de hacer algo con ella para que estas fechas y fiestas de fin de año se prolongaran a lo largo de las 365 páginas del libro nuevo de su vida que ahora comenzaba.”
De esa forma haría extensible el afecto de estos días, la convivencia, el cariño y los buenos deseos para que llegaran a todos los seres queridos, a la vez, que podría sentir de ellos toda su amistad, afecto y amor.
-"Debo volver a vivir la vida" -se dijo-, "y debo retornar al mundo de donde me he alejado durante unos días. Debo retomar las cosas donde las he dejado y volver a mi vida normal. Tengo que cerrar la página del libro de la vida concluido y abrir la nueva página de este otro libro que comienza con el año nuevo".
-"Tengo que escribir en él las líneas más hermosas jamás contadas y que vengan a mi cabeza -siguió pensando-. Y llevaré a ese cuaderno, los sueños, las inquietudes, los proyectos y todo ese mundo que veo y vivo a diario".
Una sonrisa se extendió por su rostro mientras pensaba todo esto. Si al final del año, cuando volviera a hacer el repaso de este nuevo libro que ahora empezaba, pudiera ver en el mismo reflejado algunos renglones con sus sueños, ilusiones y vivencias, seguro que sería inmensamente feliz y todavía un poquito más humano.
En ese caso, poner un título y un índice a ese libro de su vida, sería algo sencillo y de lo que se sentiría muy orgulloso, ya que habría podido aportar su granito de arena para hacer feliz a los seres que le rodeaban mientras recibía de ellos los grandes dones, que con su presencia y esencia le dejaban.
Pensó en lo que todo el mundo decía en estas fechas: "se acabaron las fiestas y poco a poco volvemos a la rutina de nuestras vidas". Quizás fuera cierta esa frase, quizás volviera a esa vida vulgar que tan bién conocía, pero que en todo caso era a "su propia vida" a donde regresaba.
Las fiestas, siguió pensando, traen una serie de compromisos como reuniones familiares, comidas y otros eventos sociales que conocía de otros años. Estos actos no son malos, pero le apartaban de esa "rutina" en la que antes pensaba y de ese quehacer diario en el que se movía.
-“En realidad -siguió pensando mientras caminaba los primeros pasos del nuevo año-, si pudiera conseguir una varita mágica, como aquella que veía en los cuentos de niño, trataría de hacer algo con ella para que estas fechas y fiestas de fin de año se prolongaran a lo largo de las 365 páginas del libro nuevo de su vida que ahora comenzaba.”
De esa forma haría extensible el afecto de estos días, la convivencia, el cariño y los buenos deseos para que llegaran a todos los seres queridos, a la vez, que podría sentir de ellos toda su amistad, afecto y amor.
-"Debo volver a vivir la vida" -se dijo-, "y debo retornar al mundo de donde me he alejado durante unos días. Debo retomar las cosas donde las he dejado y volver a mi vida normal. Tengo que cerrar la página del libro de la vida concluido y abrir la nueva página de este otro libro que comienza con el año nuevo".
-"Tengo que escribir en él las líneas más hermosas jamás contadas y que vengan a mi cabeza -siguió pensando-. Y llevaré a ese cuaderno, los sueños, las inquietudes, los proyectos y todo ese mundo que veo y vivo a diario".
Una sonrisa se extendió por su rostro mientras pensaba todo esto. Si al final del año, cuando volviera a hacer el repaso de este nuevo libro que ahora empezaba, pudiera ver en el mismo reflejado algunos renglones con sus sueños, ilusiones y vivencias, seguro que sería inmensamente feliz y todavía un poquito más humano.
En ese caso, poner un título y un índice a ese libro de su vida, sería algo sencillo y de lo que se sentiría muy orgulloso, ya que habría podido aportar su granito de arena para hacer feliz a los seres que le rodeaban mientras recibía de ellos los grandes dones, que con su presencia y esencia le dejaban.
Con ese deseo comenzó este viaje. El nuevo viaje de su vida en este año que empezaba, con un libro nuevo e inmaculado, que ahora, sin darse cuenta estaba escribiendo ya, mientras daba los primeros pasos, de nuevo, por la vida retornando a su mundo de los sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
01.01.06
No hay comentarios:
Publicar un comentario