Dormía rodeada entre sus brazos y llena de la felicidad que tanto ansiaba. Afuera, en la noche, brillaban la luna y las estrellas, los árboles miraban, suspiraban las rosas, los ángeles velaban y "El Sueño" la acunaba.
"Una, dos tres..." Empezó a contar las olas muy lleno de esperanza... Pero de eso hacía mucho tiempo. Ahora, años después, seguía contando ya sin esperanzas. Quizás por eso, tomó la tabla y se dijo "ya es hora de que vaya hacia las olas y no espere". Y se metió en el mar.
"Rosa blanca, rosa blanca", susurraba el ruiseñor; era el eco en el oído, que volvía con amor.
Las olas bravías rompían en la escollera. Arriba el faro lanzaba sus destellos. Un navío malherido avanzaba lentamente. Necesitaba un suspiro para llegar a buen puerto. Entonces, el viento furioso, le dio un beso y lo dejó acabar su viaje.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/12/09
3 comentarios:
Profundo :')
beso *
Profundo :')
beso *
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